Esta es una introducción corta del concepto de la Producción Común Circular Incentivada. Pronto publicaremos información mas detallada sobre los aspectos de este modelo. Muchos de los conceptos relacionados ya están siendo discutidos en varias comunidades - principalmente en grupos libertarios y anarquistas, pero también socialistas y liberales. A partir de estos conceptos, nuestra meta es crear una teoría holística, la cual realmente es capaz de llevarnos a un cambio en el modelo de producción para crear bienes comunes gratuitos.
La Producción Circular Común Incentivada es un modelo económico basado en los siguientes conceptos:
La Producción Común o producción basada en bienes comunes es un método de producción colaborativo cuya principal característica es que los productores comparten todo el conocimiento involucrado, tanto el que utilizan como el que generan, transformándolo en un bien común que puede ser usado por otras personas. El conocimiento compartido incluye todo desde los escritos teóricos, pasando por modelos de índole más práctica como los métodos de producción, hasta los planos técnicos utilizados para la creación de un producto.
El concepto de la Producción Común fue creado por el economista estadounidense Yochai Benkler, quien lo llamó commons-based peer production, lo que se puede traducir al español como producción entre iguales basada en bienes comunes. Debido a la falta de una traducción exacta del término Commons al idioma español usamos Producción Común para referirnos a este método.
Este tipo de producción en la actualidad ya existe en varias áreas. Los ejemplos más conocidos son el software libre u open source, tal como Linux o Mozilla Firefox, y los contenidos abiertos, como Wikipedia. La mayoría de los trabajos basados en la producción Común son publicados bajo licencias que explícitamente permiten el uso y la modificación, como la famosa General Public License (GPL).
Una de las principales ventajas de la Producción Común es que es muy eficiente, ya que se eliminan en gran parte redundancias causadas por desarrollos paralelos. En la producción tradicional, cada productor debe desarrollar una solución propia o comprar una licencia para una tecnología desarrollada por otros. En la producción común, ésto no es necesario. Un ejemplo son las distribuciones de Linux, que son paquetes de software complejos. Gracias a que pueden recurrir a soluciones compartidas por otros productores, pueden competir con sistemas operativos comerciales cuyo costo de desarrollo es de miles de millones de dólares.
Otro aspecto que hace atractiva la producción Commons es su habilidad de atraer a redes extensas de colaboradores y usuarios de distintos tipos. Esta red incluye de los desarrolladores hasta los que ayudan a otros usuarios a utilizar el producto. Esto provoca un efecto red - cuánto más personas usen los productos y participen del proyeto, más útil se torna el producto y más eficaz el proceso de producción. Eric Raymond ha llamado este efecto Inverse Commons en su famoso ensayo The Magic Cauldron (La Caldera Mágica) de 1999.
La meta de nuestro concepto es expandir el modelo de la producción Común para que no solamente sea utilizada para la producción de bienes no materiales o virtuales (como software o contenidos), sino también para bienes físicos. Si bien hay proyectos y comunidades que en la actualidad se dedican a esta tarea (como el movimiento Maker y Open Source Ecology), debido a diversas dificultades el movimiento dista de ser masivo y los avances son, en general, lentos. Nuestro modelo busca solucionar algunos de estos problemas.
Uno de los mayores desafíos de la Producción Común de bienes físicos - como alimentos, viviendas o coches - es que estos productos están basados en materiales que son escasos, en el sentido que no se encuentran disponibles de manera gratuita. Las teorías económicas tradicionales señalan que hay escasez cuando la demanda supera a la oferta.
Nuestra meta es, entonces, crear las condiciones para que la oferta de materiales sea igual o superior a la demanda.
La propuesta se basa en la visión de economías circulares, en la cual los productos, siempre que sea posible, estén basados en:
Para transformar a estos materiales en productos útiles, proponemos crear soluciones automatizadas que funcionen con energías renovables. Estas están disponibles de manera abundante y, en un principio, gratuita. Llamamos a estas instalaciones fábricas libres o unidades de producción de coste marginal cero (usando el término coste marginal cero creado por Jeremy Rifkin), desarrolladas y mantenidas por proyectos colaborativos y auto-organizados. Estas fábricas libres abarcarían todos los pasos desde la extracción o el reciclado de los materiales hasta la producción final y la distribución. Se combinan formando cadenas y redes de suministro.
La meta final es que las fábricas libres formen una estructura de círculos de producción, en la cual no sea necesaria ningúna entrada de algún bien escaso o trabajo humano no voluntario, y los productos que han llegado al final de su vida útil puedan ser re-utilizados. Una vez que la cadena de suministro haya llegado a esta forma circular y se componga completamente de fábricas libres, podemos ofrecer gratis al producto.
El segundo gran desafío: Para crear la infraestructura de las fábricas libres es necesario una gran cantidad de trabajo, y desde el punto de vista de hoy, también un considerable monto de dinero. Muchos proyectos colaborativos de la actualidad tienen problemas de atraer a personas calificadas para el trabajo y para adquirir fondos para crear una infraestructura de producción de alta calidad. De esta manera, no se genera el efecto red necesario para una aplicación masiva del modelo.
Para solucionar este problema, proponemos una serie de medidas para mejorar drásticamente los incentivos para participar e invertir en proyectos de bienes comunes o Commons. La meta es que estos incentivos sean, como mínimo, igual de atractivos que los que motivan a las personas de invertir en empresas tradicionales.
Una de las propuestas centrales es la Financiación Commons. Se trata de una nueva generación de productos financieros, en los que las personas pueden invertir dinero para adquirir, en el futuro, productos de un proyecto (o de varios). El concepto tiene semejanzas con el crowdfunding (financiamiento colectivo) que ha cobrado protagonismo en el pasado reciente con proyectos como Kickstarter, pero extiende el concepto a la financiación a largo plazo de los proyectos. En vez de adquirir un ROI o una ganancia financiera (como ocurre con productos financieros tradicionales, como las acciones) los inversores adquieren el derecho de consumir productos del proyecto por un período prolongado, por un precio más atractivo que simplemente comprándolo con anticipación. Cuando el proyecto haya completado la infraestructura de producción y todos los pasos de trabajo sean realizados por fábricas libres los inversores tienen acceso al producto por tiempo indeterminado, ya que éste está disponible de manera gratuita.
El concepto del trabajo ponderado, creado por el autor alemán Christian Siefkes (en su libro From Exchange to Contributions), intenta resolver el problema del trabajo restante necesario en los proyectos Commons durante la transición al nuevo modelo. Debido a que no todos los procesos de producción puede ser automatizados desde el principio (citaremos, como ejemplo, el sistema de salud) quedarán tareas que deben ser cumplidas por humanos hasta bien avanzada la transición. En el modelo del trabajo ponderado, son empleadas subastas de tareas para determinar la atractividad de cada tarea. Las personas que se comprometen a cumplir tareas menos atractivas son premiadas con una menor carga horaria. En este modelo, se puede pagar un sueldo a los trabajadores durante la transición si el financiamiento ocurre a través de la Financiación Commons, o bien con el cumplimiento de tareas los trabajadores adquieren el derecho de acceso a cierta cantidad del producto o servicio que el proyecto ofrece.
Adicionalmente, otros incentivos deben ser investigados y optimizados para motivar la participación en proyectos Commons. Entre ellas, podemos citar a la satisfacción para las personas de cumplir tareas que les resulten atractivas (la autorrealización) y la posibilidad de adquirir contacto social al participar en proyectos. Una vez que el modelo avance, se suman la esperanza de trabajar menos y finalmente la seguridad de tener acceso a productos de primera necesidad por tiempo indeterminado - esto, cuando la transición al modelo haya sido exitosa, puede reemplazar al actual sistema de pensiones y jubilaciones.